Censura y respeto

En una entrevista concedida al diario el mundo, Joan Manuel Serrat comentaba lo siguiente:

“echaría escarcha a la cara de la Justicia para que se despertara y se le cayera la venda. ¿Usted sabe por qué un sindicato ultraderechista puede acabar con Garzón? Pues yo tampoco. Es sorprendente, ¿eh?; el mundo al revés. Yo a Garzón le llevaría flores”, dijo.

Ciertamente, no se puede entender que una agrupación ultraderechista llamada “manos limpias” junto con algunos jueces de la facción conservadora intenten quitar de en medio a nuestro juez más representativo por bases insostenibles al empezar la investigación de los crímenes del franquismo.  Creo fervientemente que esa demanda no progresará, esencialmente porque el auto no se tiene lo mires por donde lo mires, pero la imagen ensuciada de la justicia con sus intentos de asfixia a alguien que se ha dedicado a casos de gran trascendencia ( la detención de Pinochet, el seguimiento a E.T.A, la trama gurtel..entre tantas..) quedará para el recuerdo en al retina de los españoles.

Entre tanto viento y marea descontrolada surten unas polémicas declaraciones de Rosa Díez, diputada  de UP y D, donde se refiere al presidente del gobierno como “gallego en el sentido más peyorativo del término”. Si hablaba metafóricamente intentando establecer una comparativa entre el presidente del gobierno y el jefe de la oposición hay que decir que no ha resultado lo más acertado (sin remitirme a los matices políticos), por descalificación personal que ello implicaba. Si acudimos al diccionario podremos observar que la acepción más peyorativa de gallego se asemeja a “tonto” con lo que una vez desgranado la 1º posibilidad, no hace falta hablar de esta, lo que si le recomiendo a la señora Rosa Díez que se olvide de los percebes gallegos por una temporada y reprima ese resentimiento socialista que azota su ambición  para clarificar una politica que de seguro enriquecería el juego democrático.

Germán Repeto